Porque da la impresión de que Internet sí desempeñó un papel importante en la difusión de la noticia del suicidio que desencadenó las protestas y después en la multiplicación de esas protestas. Se calcula que el 18% de la población tunecina está en Facebook, y el dictador se olvidó de bloquearlo a tiempo. Podemos estar seguros de que los jóvenes universitarios que salieron en tromba a la calle tenían un nivel de participación en la Red (y de uso del móvil) superior a la media. El estudioso Noureddine Miladi cita un cálculo según el cual la mitad del público televisivo de Túnez ve
televisión por satélite, y subraya que "Al Yazira mencionó abundantemente diversas páginas de Facebook y YouTube como fuentes de las informaciones sobre lo que estaba ocurriendo". Es decir, la información profesional en la televisión por satélite se apoyó en el periodismo ciudadano.
Lluis Bassets