El cuidado post-mortem es tal vez el aspecto laboral más difícil de un trabajador de la salud. Mientras que algunos optan por la atención médica como un medio para salvar vidas, se deben enfrentar con la realidad de la muerte también. Cuidar a un paciente una vez que ha fallecido es tan importante como su cuidado cuando está vivo.
Algunos síntomas o efectos secundarios incluyen dolor, dificultad para dormir, dificultad para respirar, inapetencia y sentirse enfermo del estómago. Los tratamientos pueden incluir medicamentos, nutrición, fisioterapia o terapias integradoras.
Problemas emocionales, sociales y de afrontamiento. Los pacientes y la familia enfrentan estrés durante una enfermedad que puede provocar miedo, ansiedad, desesperanza o depresión.
Luis Rojas Marcos es profesor de psiquiatría de New York University y ex presidente del Sistema de Hospitales Públicos de Nueva York.
"Nadie debería morir con dolor y nadie debería morir solo. Fallecer no tiene que ser necesariamente un tormento. El malestar del cuerpo casi siempre se puede aliviar. Y la presencia reconfortante de una persona serena y cariñosa mitiga gran parte de la soledad del paciente....."
Para que un trasplante de médula ósea se realice con éxito es preciso que exista compatibilidad suficiente entre el donante y el receptor.
En primer lugar se estudia la compatibilidad entre los miembros de la familia del paciente, ya que las probabilidades de encontrar un donante adecuado entre los familiares directos del enfermo son más elevadas que entre los donantes no emparentados. Sin embargo, sólo en el 30% de los casos se encuentra un donante familiar compatible.
Procedimiento médico consistente en el conjunto de operaciones encaminadas a determinar las causas de muerte, investigando la existencia o no, de lesiones y/o alteraciones anatomo-patológicas que ayuden al esclarecimiento de una muerte.