Ell bacilo está en todo el mundo, y los esfuerzos no consiguen erradicarlo. A sus tradicionales aliados -pobreza, malnutrición- se sumó hace 30 años el VIH. La ciencia aportó hace 50 años un tratamiento antibiótico combinado que casi no ha evolucionado. Pesado y caro para muchos de los afectados (seis meses de medicación diaria que cuesta unos 120 euros, una cifra inasumible para gran parte de la población mundial), el abordaje farmacológico solo es eficaz si se lleva a rajatabla. Cuando empiezan los incumplimientos, se convierte en un factor incluso pernicioso: aparecen las resistencias, que necesitan más medicación y durante más tiempo (hasta dos años).
El sistema inmunológico es el mecanismo del que dispone nuestro cuerpo para defenderse de los virus, bacterias y muchos tipos de enfermedades. En ocasiones, tiende a debilitarse: una mala alimentación, el estrés, o algún tipo de afección, puede evitar que cumpla sus funciones básicas. Pero ¿Cuáles son las señales de aviso? No te preocupes, te las explicamos.
Las vacunas son sustancias que "engañan" al sistema inmunológico de nuestro organismo por hacerle creer que existe una infección y provocar con ello toda una respuesta inmunitaria de rechazo al germen concreto. Dicha respuesta se mantiene en el tiempo, de manera que cuando más tarde se produzca una transmisión del microbio éste no consiga penetrar excesivamente en el organismo gracias a que nuestro sistema inmunológico aprendió muy bien a deshacerse de él cuando fue estimulado por la vacuna.
Tras la exhaustiva información que todos los medios de comunicación nos vienen facilitando, tratando de entender cómo se pudo producir el contagio de la enfermera auxiliar, me llamó mucho la atención lo siguiente.
Yo pensaba que un centro en el que se pudiera recibir un infectado de ébola estaría atendido por un personal muy especializado y preparado especialmente para ello. Pero lo que he podido oír es que ese personal atendía en esa unidad un día y al siguiente lo podía hacer en cualquiera otra, con el peligro consecuente. Y que la elección de quien debía ponerse el traje protector y entrar a atender a los religiosos infectados lo decidían los jefes, a veces con la resistencia muy clara del sanitario a quien le tocase. Una labor de tanto riesgo solo es posible con personas perfectamente mentalizadas para ello y voluntariamente decididas a hacerlo. Cualquier otra puede quedar atenazada por el miedo y cometer errores, como ha debido ocurrir en este caso. Errores que hay que imputar a los responsables del centro.
Actualmente existen pruebas científicas que nos permiten afirmar que el cáncer del cuello uterino es el resultado final de una infección persistente y no resuelta por ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH).
Se han catalogado más de 120 diferentes tipos de este virus, de los cuales aproximadamente 40 pueden infectar el tracto urogenital y otras áreas mucosas del organismo.