Que los trabajadores sociales y los animadores socioculturales desarrollen su labor conjuntamente en proyectos integrados comunitarios, no quiere decir que olvidemos la atención a sectores marginados concretos. Muy al contrario, a partir de la estructuración de esos programas conjuntos de desarrollo comunitario se puede vehiculizar la diversificación sectorial en programas específicos para la «Tercera Edad», menor marginado, drogodependientes, etc., aunque siempre teniendo como referencia la actuación global, todo en función de la dinamización general de la comunidad. Así, estaríamos de acuerdo con las características generales atribuidas actualmente a los Servicios Sociales por algunos autores: carácter polivalente, orientado al bienestar social, dirigidos a todos los ciudadanos de una comunidad, y no sólo a los marginados, posibilidad de desglose en programas sectoriales, enmarque territorial, función múltiple... (Ordinas y Thiebaut, 1988, Arenas, 1984, García, 1984). Las funciones no sólo estarían encaminadas a paliar o eliminar marginaciones o necesidades, sino que se ampliarían hacia áreas de investigación, planificación, prevención, programación, reinserción, promoción social, etc.