La escalera, ese elemento recurrente en la obra de Joan Miró (1893-1982), permite al artista conectar lo terrenal y concreto con un universo personal de abstracción, habitado por una imaginería fantástica de símbolos y vivos colores
necesidad de escape ante una oscura realidad social y política
las claves artísticas de un genio icónico de la pintura moderna como en su compromiso frente a uno de los periodos más turbulentos de la historia de Europa.
busca destilar las esencias de su identidad catalana con una pintura simbólica, evocadora y detallista en La masía
le inspira la casa de sus padres en el campo de Tarragona.
La influencia de los surrealistas
Los acontecimientos de la siguiente década, con el estallido de la guerra civil y la eclosión de los totalitarismos en Europa, precipitan el regreso hacia un realismo con ribetes dramáticos
Naturaleza muerta con zapato viejo
se tornan en "símbolos trágicos de ese periodo, aunque yo entonces no lo supiera",
Picasso, su mentor de la primera etapa parisiense (le llevaba 12 años) y un amigo hasta la muerte del artista malagueño en 1972.
Miró protagoniza entonces alineamientos tan nítidos políticamente como Aidez l'Espagne (Ayudad a España)
Miró optó por encerrarse en un estudio de Palma de Mallorca (tierra de su madre), mientras su nombre, casi invisible en el panorama artístico español, ganaba talla en el ámbito internacional como exponente de la abstracción de la posguerra.
El Miró que captura esa atmósfera en obras como Mayo 1968 llegó a prender fuego a sus Lienzos quemados,
Uno de los logros de la exposición que, después de Londres, recalará en su territorio natural de Barcelona (octubre) y en la National Gallery of Art de Washington (2012), es la refutación de que la obra del artista pierde fuerza en sus años tardíos,
En ellos está el Miró político, el expresionista abstracto y el maestro de la pirotecnia colorista, artífice de eufóricas explosiones de pintura.